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Recomendación de Tere: "Creer en las fieras", de Nastassja Martin


When death comes

like the hungry bear in autumn;

when death comes and takes all the bright coins from his purse



to buy me, and snaps the purse shut;

when death comes

like the measle-pox


when death comes

like an iceberg between the shoulder blades,

I want to step through the door full of curiosity, wondering:

what is it going to be like, that cottage of darkness?


[…]


Mary Oliver, When Death Comes




Son tiempos importantes para el clima y, asimismo, para los libros relacionados con él, por lo que este texto naturalista encabeza nuestras sugerencias de libros para nuestra comunidad de libros y amistad. Creer en las fieras, de Nastassja Martin (en francés, Croire aux Fauvex), es un relato desgarrador de un ataque por un oso y sus secuelas, y sobre lo que el incidente nos enseña en cuanto a la relación actual occidental y del Norte Global con la naturaleza.


Nastassja Martin es una antropóloga francesa que estudia los pueblos nativos del Gran Norte, los confines más al norte de nuestro planeta. Luego de una temporada con las comunidades indígenas de Alaska, sus investigaciones la llevan a Klyuchi, una tierra rural en la región rusa de Kamchatka. Es una localidad tan remota que por lo más que se le conoce es por una base aérea discreta, pero estratégica en lo que se conoce como el rango de prueba de misiles de Kura. Mientras la antropóloga está haciendo sus estudios en el campo, pero sin la familia local a la que usualmente sigue, un gran oso ataca a Martin ―a quien luego del ataque se le conocerá como una miedka, un ser mitad humano, mitad mujer― pero, inexplicablemente, decide perdonarle la vida. Queda desfigurada, pero, en fin, viva. Si ya la historia parecería un relato fantástico, en cierto punto la base también toma un rol protagónico, volviendo la obra por algunos capítulos en una novela de suspenso post-Guerra Fría al estilo John le Carré.


¿Qué hace una joven mujer francesa que habla ruso en medio de un rango de pruebas nucleares? ¿Por qué se afana tanto en dormir donde habitan los osos y las temperaturas bajan a los ocho grados centígrados? Estas son las preguntas que le hacen las autoridades de la base militar de Klyuchi cuando se despierta con una quijada de metal nueva atornillada a su cráneo.


Los familiares de Martin, mientras tanto, son enfáticos en que los cuidados médicos que recibió en el modesto hospital militar carecen de un acercamiento más Occidental. Les complace ella y vuela de regreso a Francia, el país en el que nació, pero que es un lugar al que ya no pertenece.


Rodeada de la ciudad efervescente parisina y de los equipos médicos nuevos de uno de los mejores hospitales del país, Martin se siente atrapada; está más aislada en una de las ciudades más pobladas del mundo que en los confines del planeta. Revisada, inyectada y abierta una y otra vez, se harta: su lugar es con y dentro del oso.


Creer en las fieras es una reflexión sobre los límites que las sociedades occidentales creen que existen entre los humanos y la naturaleza y las fronteras artificiales que han impuesto para distanciarnos de otras bestias. En medio de un campo de prácticas misiles, un oso solitario ataca una antropóloga francesa y decide dejarla vivir. Nada en esta oración anterior tiene mucho sentido hasta que lo tiene. Es el algo que Martin anticipa en sus sueños después del ataque. Lo que se lanza hacia ella trata menos sobre el oso y más sobre la certeza de que nada está bajo nuestro control. La noción de que no existe escapatoria es liberadora: es el oso quien decide.


Antes de esto, nací una vez un niño, una doncella, una planta, un pájaro y un pez volador en el mar.


―Empédocles


Nastassja Martin comienza su relato personal con esta cita del filósofo griego del Siglo V como un anticipo a la lección del libro, una lección para todos nosotros en tiempos de cambio climático. Cuanto más inamovible es nuestra ilusión de control y supremacía sobre la naturaleza, más grande es la certidumbre de que la naturaleza es parte de nosotros. Nuestra lujuria de cambiarla, saquearla y explotarla, es, de hecho, el cambio, el saqueo y la explotación de nosotros mismos. Su fin es nuestro fin.


El ataque del oso y su transfiguración mediante Martin es una alerta para estos tiempos: aunque es oso es ciertamente el que decide, nosotros mismos somos el oso.


Es la gran paradoja e incertidumbre de nuestros tiempos: no estamos en control del oso, pero para salvarnos a nosotros mismos, debemos salvar al oso. Esta incertidumbre, concluye Martin, es la promesa de vida.




Cinco estrellitas para Creer en las fieras, de Nastassja Martin (Ed. Errata Naturae)

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